En 66% de homicidios usan armas de fuego
EN LOS ÚLTIMOS SIETE AÑOS 10,955 PERSONAS FUERON ASESINADAS A BALAZOS
En enero de 2011, desconocidos asesinaron al
teniente coronel Virgilio Casilla Minaya, en momentos en que departía
junto a su esposa en un colmado del barrio La Fe, de Los Alcarrizos.
Cuatro meses después, fue encontrado muerto un mecánico en la autovía del Este, en San Pedro de Macorís. Al finalizar ese año, el país fue estremecido por el asesinato del ingeniero Guillermo Moncada Aybar, por una discusión en un parqueo del Ensanche Piantini, en la capital.
Son tres muertes violentas en circunstancias diferentes, pero con un elemento en común: todos fueron cometidos con el uso de armas de fuego, un instrumento que cada vez se usa con mayor frecuencia para cometer homicidios.
En los últimos siete años en el país se han registrado 16,412 homicidios, el 66 por ciento de ellos con un arma de fuego. En ese período comprendido entre 2005 y 2011, se cometieron 10,955 crímenes utilizando ese objeto mortal, según se desprende de las estadísticas registradas por la Procuraduría General de la República.
En 3,730 de esos homicidios, los responsables usaron armas blancas, equivalente al 23%. En los restantes 1,727 crímes, se utilizaron otros tipos de objeto, que no se especifican.
Agresividad
El sicólogo Eladio Hernández, encargado del área de Divulgación y Comunicación del Colegio Dominicano de Sicólogos (Codopsi), alertó que la posesión de un arma de fuego potencializa la capacidad de que personas puedan agredir a otros. El especialista de la conducta aporta el dato de que casi el 70 por ciento de las personas que adquieren un arma de fuego la utilizan contra conocidos o contra familiares.
El Codopsi gestiona con el Ministerio de Interior y Policía la firma de un acuerdo para establecer que las licencias se otorguen previo una evaluación lo suficientemente científica, que permita determinar si realmente el que solicita un arma de fuego está en condiciones mentales para usarla, tras observar deficiencias en el escrutinio para establecer a quién se le da el permiso.
Resaltó que ahora quien da la garantía de permiso a la población es un siquiatra, pero plantea la búsqueda de un acuerdo entre el Codopsi, la Sociedad de Siquiatría o la sociedad de Sicología Clínica, sobre cómo evaluar a quienes solicitan armas de fuego.
Hernández propuso investigar por qué la persona solicitante necesita un arma de fuego y hacer un monitoreo permanente para establecer si quienes las portan están aptos o no para continuar con ellas.
“A usted lo llaman a renovar el arma de fuego, pero no se hace la evaluación para saber qué ha pasado con esa persona, esas investigaciones tienen que estar presentes permanentemente”, planteó el especialista de la conducta.
Hernández consideró se debe hacer un análisis sobre la personalidad del individuo que tiene la responsabilidad del uso de ese instrumento letal y que sirve como protección de la propiedad y la vida de alguien.
En su opinión, en República Dominicana, donde existe una elevada desprotección de la ciudadanía, las personas usan las armas de fuego en algunos casos para defensa de sus bienes, y en otros, solo por problemas de personalidad.
Sostiene que cuando una persona es mentalmente estable entiende que no necesita un arma de fuego, porque está consciente de que su uso engendra peligro para ella y para su familia en cualquier momento determinado.
“Una persona que no tiene bienes para defender, que quiere un arma quizás la busca porque tiene problemas sicológicos de inferioridad o superioridad; no se puede poner en la mano de ese irresponsable un arma de fuego”, consideró.
(+)
ASESINATOS POR TIPO DE ARMA DESDE 2005
Aunque 2011 fue el año en que se usaron las armas de fuego en menor proporción, se mantuvo alto en comparación con otros instrumentos usados, pues se utilizó en un 63% de los 2,513 homicidios, mientras que el 25% fue con armas blancas y el 12% restante con otro tipo de herramienta.
El año anterior, 2010, fue superior: se usó un arma de fuego en el 66% de los 2,472 crímenes reportados. En 2009 las balas estuvieron detrás de 65% de los 2,375 homicidios.
En 2008 fue cuando las armas de fuego se emplearon en mayor proporción, un 70% de los 2,394 homicidios ocurridos.
En el 2007 fue alto también, con el 68% de los 2,111 homicidios; en 2006 fue de igual proporción, en el 68% de los 2,144 crímenes, mientras que en el 2005 se usó un arma de fuego para cometer el 69% de los 2,403 homicidios registrados.
En los últimos siete años, los homicidios en el país han tenido una escala ascendente.
En el 2011 ocurrió la mayor cantidad, con 2,513, que significan 41 más que en el 2010, cuando ocurrieron 2,472, pero 138 más que en el 2009, cuando se registraron 2,375. más muertes cada año En 2011 ocurrió la mayor cantidad de homicidios con armas de fuego, un total de 2,513. Esto implica 41 muertes más que en 2010, cuando ocurrieron 2,472, pero 138 más que en 2009, cuando se registraron 2,375.
Cuatro meses después, fue encontrado muerto un mecánico en la autovía del Este, en San Pedro de Macorís. Al finalizar ese año, el país fue estremecido por el asesinato del ingeniero Guillermo Moncada Aybar, por una discusión en un parqueo del Ensanche Piantini, en la capital.
Son tres muertes violentas en circunstancias diferentes, pero con un elemento en común: todos fueron cometidos con el uso de armas de fuego, un instrumento que cada vez se usa con mayor frecuencia para cometer homicidios.
En los últimos siete años en el país se han registrado 16,412 homicidios, el 66 por ciento de ellos con un arma de fuego. En ese período comprendido entre 2005 y 2011, se cometieron 10,955 crímenes utilizando ese objeto mortal, según se desprende de las estadísticas registradas por la Procuraduría General de la República.
En 3,730 de esos homicidios, los responsables usaron armas blancas, equivalente al 23%. En los restantes 1,727 crímes, se utilizaron otros tipos de objeto, que no se especifican.
Agresividad
El sicólogo Eladio Hernández, encargado del área de Divulgación y Comunicación del Colegio Dominicano de Sicólogos (Codopsi), alertó que la posesión de un arma de fuego potencializa la capacidad de que personas puedan agredir a otros. El especialista de la conducta aporta el dato de que casi el 70 por ciento de las personas que adquieren un arma de fuego la utilizan contra conocidos o contra familiares.
El Codopsi gestiona con el Ministerio de Interior y Policía la firma de un acuerdo para establecer que las licencias se otorguen previo una evaluación lo suficientemente científica, que permita determinar si realmente el que solicita un arma de fuego está en condiciones mentales para usarla, tras observar deficiencias en el escrutinio para establecer a quién se le da el permiso.
Resaltó que ahora quien da la garantía de permiso a la población es un siquiatra, pero plantea la búsqueda de un acuerdo entre el Codopsi, la Sociedad de Siquiatría o la sociedad de Sicología Clínica, sobre cómo evaluar a quienes solicitan armas de fuego.
Hernández propuso investigar por qué la persona solicitante necesita un arma de fuego y hacer un monitoreo permanente para establecer si quienes las portan están aptos o no para continuar con ellas.
“A usted lo llaman a renovar el arma de fuego, pero no se hace la evaluación para saber qué ha pasado con esa persona, esas investigaciones tienen que estar presentes permanentemente”, planteó el especialista de la conducta.
Hernández consideró se debe hacer un análisis sobre la personalidad del individuo que tiene la responsabilidad del uso de ese instrumento letal y que sirve como protección de la propiedad y la vida de alguien.
En su opinión, en República Dominicana, donde existe una elevada desprotección de la ciudadanía, las personas usan las armas de fuego en algunos casos para defensa de sus bienes, y en otros, solo por problemas de personalidad.
Sostiene que cuando una persona es mentalmente estable entiende que no necesita un arma de fuego, porque está consciente de que su uso engendra peligro para ella y para su familia en cualquier momento determinado.
“Una persona que no tiene bienes para defender, que quiere un arma quizás la busca porque tiene problemas sicológicos de inferioridad o superioridad; no se puede poner en la mano de ese irresponsable un arma de fuego”, consideró.
(+)
ASESINATOS POR TIPO DE ARMA DESDE 2005
Aunque 2011 fue el año en que se usaron las armas de fuego en menor proporción, se mantuvo alto en comparación con otros instrumentos usados, pues se utilizó en un 63% de los 2,513 homicidios, mientras que el 25% fue con armas blancas y el 12% restante con otro tipo de herramienta.
El año anterior, 2010, fue superior: se usó un arma de fuego en el 66% de los 2,472 crímenes reportados. En 2009 las balas estuvieron detrás de 65% de los 2,375 homicidios.
En 2008 fue cuando las armas de fuego se emplearon en mayor proporción, un 70% de los 2,394 homicidios ocurridos.
En el 2007 fue alto también, con el 68% de los 2,111 homicidios; en 2006 fue de igual proporción, en el 68% de los 2,144 crímenes, mientras que en el 2005 se usó un arma de fuego para cometer el 69% de los 2,403 homicidios registrados.
En los últimos siete años, los homicidios en el país han tenido una escala ascendente.
En el 2011 ocurrió la mayor cantidad, con 2,513, que significan 41 más que en el 2010, cuando ocurrieron 2,472, pero 138 más que en el 2009, cuando se registraron 2,375. más muertes cada año En 2011 ocurrió la mayor cantidad de homicidios con armas de fuego, un total de 2,513. Esto implica 41 muertes más que en 2010, cuando ocurrieron 2,472, pero 138 más que en 2009, cuando se registraron 2,375.
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