Trabajadoras sexuales bolivianas protestan por controles en clubes nocturnos EFE La PazCON ROSTROS CUBIERTOS
jueves, 22 de septiembre de 2016
Trabajadoras sexuales bolivianas protestan por controles en clubes nocturnos
AL GRITO DE "NO NOS CONFUNDAN, NO SOMOS PROXENETAS", LAS MERETRICES RECLAMARON A LA ALCALDÍA DE LA PAZ QUE CESE LOS CIERRES DE LOCALES NOCTURNOS
Trabajadoras sexuales bolivianas protestan por controles en clubes nocturnos
EFE
La Paz
Trabajadoras sexuales de La Paz y El Alto protestaron hoy en ambas ciudades bolivianas contra los controles en los clubes nocturnos, que se intensificaron en los últimos días a raíz de un caso de trata y tráfico de mujeres en un local paceño.
Las mujeres se manifestaron primero en El Alto y luego en las puertas de la Alcaldía de La Paz, con los rostros cubiertos y portando pancartas en las que pedían que no se criminalice su trabajo y aseguraban estar en contra de la trata de personas.
Al grito de "no nos confundan, no somos proxenetas", las meretrices reclamaron a la Alcaldía de La Paz que cese los cierres de locales nocturnos, tras la clausura de dos conocidos clubes que funcionaban en el centro paceño.
"No vamos a permitir una cacería de brujas, ni el cierre de locales. (Si) quieren cerrar locales vamos a salir a las calles en La Paz a trabajar", advirtió la representante del sector, Lily Cortez, en declaraciones a los medios.
Defendió que el trabajo sexual "es distinto a la trata y tráfico de personas" y que las manifestantes se dedican a ese oficio "por voluntad propia", sin que les obligue "nadie".
Agregó que pidieron por carta una reunión al alcalde de La Paz, el opositor Luis Revilla, para explicarle la situación del sector y exigirle respeto por el trabajo que realizan.
El municipio paceño dispuso en los últimos días el cierre de los clubes La Diosa y Katanas, después de que se denunciara al dueño del último local, Marco Cámara, por supuesta trata y tráfico de mujeres traídas desde Brasil, Colombia, Cuba, Paraguay y Venezuela.
La hija de Marco Cámara, Noemí, denunció la semana pasada que su padre y el administrador del club, Gustavo Fernández, traen a Bolivia mujeres de varios países con el engaño de convertirlas en modelos o darles trabajos legales, pero cuando están en La Paz o Santa Cruz (este) son trasladas a centros nocturnos.
A las mujeres les quitan sus documentos y las obligan a prestar servicios sexuales bajo amenazas, agregó la denunciante, que también acusó a su padre de "violar a muchas mujeres".
Marco Cámara fue enviado el fin de semana a la cárcel paceña de San Pedro y Fernández al penal de Patacamaya, en el Altiplano, acusados ambos por los supuestos delitos de trata de personas y organización criminal.
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