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CARACAS — El gobierno del presidente de Venezuela Nicolás Maduro buscaba el martes mantener su control del país, golpeado por sanciones petroleras impuestas por Estados Unidos y de cara a una nueva jornada de protestas populares. Las autoridades venezolanas abrieron una investigación contra el líder opositor Juan Guaidó por supuestos “hechos violentos”, además de que ordenaron congelar sus bienes y le impidieron salir del país.
El anuncio sobre la investigación, el 29 de enero, se dio apenas horas después de que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump declarara que le había dado control a Guaidó de todas las cuentas y activos bancarios de Venezuela en territorio estadounidense, con la expectativa de que tenga herramientas para administrar el país ahora que se juramentó como presidente encargado.
Es de las acciones más explícitas de Washington desde hace décadas con la finalidad de forzar un cambio de régimen en América Latina. El gobierno de Trump ya reconoció a Guaidó como el líder legítimo de Venezuela, junto con otros países de la región, e impuso las sanciones petroleras que dejarían a Maduro sin una de sus principales fuentes monetarias: la venta de crudo a Estados Unidos.
Ahora empieza una fase más incierta para la lucha sobre el futuro de Venezuela. Para muchos en Caracas, la gran pregunta en reacción al respaldo tan resuelto de Washington a la destitución de Maduro y a la instalación de un gobierno interino liderado por la oposición es ¿por qué Estados Unidos se tardó tanto?
“Ya era tiempo de que alguien tomara las riendas de este desastre”, dijo Angiseth Rodríguez, estudiante de 23 años. “Lo que están haciendo es rápido y necesario”.
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