Los canes de los vecinos de Estella (Navarra) ya pueden corretear y hacer sus necesidades a lo largo y ancho de la plaza de toros de la ciudad. Este coso centenario, que acumula una gran tradición en el mundo del toro, estaba inutilizado durante 350 días al año. Y el alcalde, Koldo Leoz (Bildu), pensó que la mejor forma de sacarle rendimiento era que los estellicas pudieran pasear allí a sus mascotas.
Así que esta plaza de toros, inaugurada el 2 de septiembre de 1917 y con una capacidad para 4.500 personas, se ha convertido en lo que entre la ciudadanía se denomina como pipican. O como prefiere llamarlo el alcalde, una zona de esparcimiento canino en Estella.
Desde las 9.30 a las 22.30 horas de este lunes, el recinto abrió sus puertas para que los vecinos pudieron llevar a sus perros a dar vueltas al ruedo y se relacionasen con los de su especie. Además, en la plaza también se impartirán cursos de adiestramiento gratuitos para los dueños.
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