La crisis que sacude al gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD) continúa al “rojo vivo” sin que se vislumbre un asomo de unidad a corto ni mediano plazo como consecuencia de las profundas heridas morales y personales entre leonelistas y danilistas dejadas por la lucha hacia la Presidencia de la República.
A menos de dos meses para la celebración de las primarias en ese partido, o sea, el 6 de octubre próximo, y a un año para que el presidente Danilo Medina abandone las escalinatas del Palacio Nacional, sería un poco iluso pensar que en el PLD puede producirse una recomposición total de sus fuerzas.

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