El papa Francisco brindó un mensaje de esperanza ayer contra las tinieblas que cubren los conflictos y las relaciones en amplias partes del mundo, desde Medio Oriente a América y África.
El papa dijo a decenas de miles de turistas, peregrinos y romanos reunidos en la Plaza de San Pedro para escuchar el tradicional mensaje de Navidad que "la luz de Cristo" es más grande que las tinieblas "en los corazones humanos" y los conflictos "económicos, geopolíticos y ecológicos".
Los papas utilizan el mensaje tradicional "Urbi et Orbi" (a la ciudad y el mundo) para referirse al sufrimiento en el mundo y reclamar soluciones. Francisco estaba acompañado en el balcón por los cardenales Renato Raffaele Martino, presidente del consejo pontificio para los migrantes, y Konrad Krajewski, el encargado de las limosnas del Vaticano.
El papa habló del pueblo sirio, "que todavía no ve el final de las hostilidades que han desgarrado el país en este decenio", y también de "Tierra Santa donde Él nació, Salvador del mundo, y donde continúa la espera de tantos que, incluso en la fatiga, pero sin desesperarse, aguardan días de paz, de seguridad y de prosperidad".
También habló sobre la crisis en el Líbano, las tensiones sociales en Irak y la "grave crisis humanitaria" en Yemen.
Observó que varios países de América "están pasando un período de agitaciones sociales y políticas" y mencionó en particular al "querido pueblo venezolano, probado largamente por tensiones políticas y sociales".
El papa habló de los migrantes, forzados por la injusticia a "emigrar con la esperanza de una vida segura". En lugar de hallar aceptación, suelen encontrar abusos, esclavitud y tortura en "en campos de detención inhumanos" o la muerte en peligrosas travesías por el mar o el desierto.
Y una vez que arriban a "lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna", encuentran "muros de indiferencia".
El papa hizo votos de esperanza por la población del este Congo, "martirizada por conflictos persistentes", y por los pueblos de Burkina Faso, Mali, Níger y Nigeria, donde hay persecución religiosa.
En un mensaje sin precedentes, Francisco y otros dos líderes religiosos exhortaron a los jefes rivales en Sudán del Sur a cumplir la promesa de conformar un gobierno de coalición a principios del año próximo. El año pasado se firmó un acuerdo de paz para poner fin a una guerra civil de cinco años en que murieron casi 400.000 personas, pero en noviembre venció el plazo para formar un gobierno de coalición y se lo extendió a febrero para poder resolver aspectos cruciales.
El papa dijo a decenas de miles de turistas, peregrinos y romanos reunidos en la Plaza de San Pedro para escuchar el tradicional mensaje de Navidad que "la luz de Cristo" es más grande que las tinieblas "en los corazones humanos" y los conflictos "económicos, geopolíticos y ecológicos".
Los papas utilizan el mensaje tradicional "Urbi et Orbi" (a la ciudad y el mundo) para referirse al sufrimiento en el mundo y reclamar soluciones. Francisco estaba acompañado en el balcón por los cardenales Renato Raffaele Martino, presidente del consejo pontificio para los migrantes, y Konrad Krajewski, el encargado de las limosnas del Vaticano.
El papa habló del pueblo sirio, "que todavía no ve el final de las hostilidades que han desgarrado el país en este decenio", y también de "Tierra Santa donde Él nació, Salvador del mundo, y donde continúa la espera de tantos que, incluso en la fatiga, pero sin desesperarse, aguardan días de paz, de seguridad y de prosperidad".
También habló sobre la crisis en el Líbano, las tensiones sociales en Irak y la "grave crisis humanitaria" en Yemen.
Observó que varios países de América "están pasando un período de agitaciones sociales y políticas" y mencionó en particular al "querido pueblo venezolano, probado largamente por tensiones políticas y sociales".
El papa habló de los migrantes, forzados por la injusticia a "emigrar con la esperanza de una vida segura". En lugar de hallar aceptación, suelen encontrar abusos, esclavitud y tortura en "en campos de detención inhumanos" o la muerte en peligrosas travesías por el mar o el desierto.
Y una vez que arriban a "lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna", encuentran "muros de indiferencia".
El papa hizo votos de esperanza por la población del este Congo, "martirizada por conflictos persistentes", y por los pueblos de Burkina Faso, Mali, Níger y Nigeria, donde hay persecución religiosa.
En un mensaje sin precedentes, Francisco y otros dos líderes religiosos exhortaron a los jefes rivales en Sudán del Sur a cumplir la promesa de conformar un gobierno de coalición a principios del año próximo. El año pasado se firmó un acuerdo de paz para poner fin a una guerra civil de cinco años en que murieron casi 400.000 personas, pero en noviembre venció el plazo para formar un gobierno de coalición y se lo extendió a febrero para poder resolver aspectos cruciales.
Comentarios