¡Un helicóptero disparando sobre el Malecón!
Eran las 8:40 de la noche y los periodistas trabajaban durante el cierre de esta edición sin ningún tipo de novedad noticiosa.
La mayoría de las páginas ya estaban montadas en el sistema y era casi seguro que la noche del viernes culminara sin contratiempos. Bueno, ese era el pensamiento de todos... hasta que un mensaje del celular con una denuncia alarmante quebró la calma imperante en la redacción.
“Señores, revisen el grupo de whatsapp que Guillermo (un editor de este diario) dijo que le informaron que hay un helicóptero disparando en el Malecón”, vociferó el director del LISTÍN DIARIO, Miguel Franjul, desde su escritorio en la Mesa Central.
Casi a su lado, Fabio Cabral, el subdirector, me ordenó de inmediato que armara mi equipo para darle cobertura al incidente que pintaba empañar las fiestas navideñas de este año.
Sin mediar palabras, acudí al llamado con el fotógrafo Arturo Pérez y el chófer Héctor García, quienes durante el trayecto se mantuvieron incrédulos de que algún desquiciado tomara un helicóptero, volara sobre la avenida George Washington y empezara a disparar al azar contra los transeúntes.
Junto a ellos, quien escribe también empezó a formular bromas sobre el supuesto atacante al decir que de seguro era uno de esos acostumbrados “FakeNews” que pululan en las redes sociales.
¡Vaya sorpresa!
Al llegar nos encontramos con una zona de guerra. Y peor aún, vimos un helicóptero sobrevolando de cerca y de manera errática, por lo que podíamos escuchar el fuerte sonido de su hélice que sacudía su alrededor.
Con una potente luz, aquel aparato iluminaba las calles y aceras, por lo que también pudimos ver destrozos por doquier, basuras y arbustos en el suelo. También, a lo lejos, cerca del Instituto Postal Dominicano (Imposdom), decenas de vehículos policiales con las sirenas encendidas, agentes SWAT que se cubrían detrás de las columnas y paredes, así como civiles que corrían despavoridos.
¡Terror!
Héctor, quien conducía la camioneta del Listín, frenó en el medio de la calle al ver al helicóptero de cerca; mientras que Arturo, el fotógrafo, le decía que condujera en reversa para que “no se nos pegaran par de tiros”.
Por mi parte, le vociferaba que se parqueara enfrente y debajo de uno de esos árboles para protegernos, porque el aparato estaba sobre nosotros y éramos “blancos fáciles”.
Y entre el dilema de conducir en reversa o hacia adelante, Héctor no movió ni un centímetro el vehículo durante varios minutos, aparentemente acorralado por el miedo. Todas esas bromas que los tres hicimos durante el trayecto, en ese momento nos estaba pasando factura.
Cuando finalmente decide parquearse cerca del Imposdom, Arturo y yo nos bajamos de la camioneta esperando escribir y captar la mejor historia.
Al preguntarle a la primera persona que vimos allí sobre cuál era la situación, su respuesta fue sencilla y certera: “Están filmando una película...”
¡Paren la historia!
Al indagar con el ciudadano que, para suerte de todos, reveló que ese helicóptero que sobrevolaba el Malecón era la escena de una película, me vi obligado a comunicarme con el subdirector del Listín para pedirle que no subieran las informaciones que le había descrito segundos antes de haber confirmado los hechos.
Aquel hombre que me confirmó el rodaje no pudo evitar reírse de la situación, a lo que posteriormente nos pidió con mucha cordialidad que nos retiráramos ya que continuarían con las filmaciones.
Y así, una simple noche sin muchas novedades noticiosas, finalmente terminó en pura adrenalina, burlas, carcajadas y sin nada que lamentar.
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