MÉXICO
‘Un Chernóbil en cámara lenta’
Un vistazo a 15 años de intentos por limpiar el río más contaminado de México revela que el país no cuenta con los medios ni las leyes para preservar el medio ambiente.
EL SALTO, México — Para cuando el contaminado río Santiago cae en una cascada a las afueras de Guadalajara, en la zona occidente de México, la peste parece abarcarlo todo: flota sobre los cultivos, se cuela dentro de las casas e impregna el agua de la llave.
El río huele a desperdicios industriales y desagüe, una catástrofe gestada durante años y que ahora tiene múltiples consecuencias. Los activistas afirman que las sustancias químicas desechadas por las fábricas contribuyen a formar una combinación tóxica que ha matado y enfermado a muchas personas a lo largo del río. Hace poco, el secretario del Medioambiente y Recursos Naturales dijo que en esa región se vive un “infierno medioambiental”.
“Este pueblo es como un Chernóbil en cámara lenta”, se lamentó Enrique Enciso, cuya casa en El Salto se ubica a solo unas cuadras del río. Su familia ha luchado desde hace más de una década para lograr que lo limpien.
Este río es un ejemplo perfecto del fracaso mexicano en la protección del medio ambiente: un análisis realizado por The New York Times reveló que quince años de acciones diseñadas para limpiar el río Santiago han fracasado debido a vacíos legales, financiamiento insuficiente y falta de voluntad política.
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Ahora, México ha suscrito un amplio pacto comercial con Estados Unidos y Canadá que incluye el compromiso explícito de conservar el medioambiente, una disposición esencial para obtener la aprobación de los demócratas que integran el Congreso estadounidense.
Sin embargo, varias entrevistas realizadas por el Times con autoridades federales, estatales y locales, así como con familias que viven en las riberas del río, demostraron que, a menos que se reforme el deficiente marco legal mexicano y cambien las condiciones políticas que permitieron que el río Santiago se convirtiera prácticamente en un canal de desechos industriales, es muy poco probable que México logre cumplir las condiciones del acuerdo comercial.
El caso del río Santiago, que atraviesa el estado de Jalisco, demuestra a la perfección cuán incapaz ha sido el gobierno de controlar a las empresas ubicadas en una cuenca importante.
La Organización de las Naciones Unidas identificó a este río como la vía navegable más contaminada de México. Fábricas y negocios agrícolas que impulsan la economía mexicana (y que deberán cumplir las obligaciones impuestas por el nuevo tratado comercial) descargan cantidades ilícitas de desechos en su cauce, casi sin ninguna consecuencia.
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