En estos tiempos del amor digital, ¿qué pasaría si la Inteligencia Artificial pudiera asesorarnos en la complicada tarea de encontrar a nuestra media naranja? Pues esa pregunta ya tiene respuesta: bienvenidos al siglo de los cupidos robóticos.


  • Los cupidos robóticos
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EFE / Nora Cifuentes
Estamos en la era del amor digital. Solo en Estados Unidos, la mitad de los usuarios de internet conocen a alguien que ha encontrado alguna pareja potencial a través de una aplicación o sitio web de citas (a veces, ese alguien son ellos mismos); de acuerdo con un estudio publicado en el portal de estadísticas "online" alemán Statista.
Sin ir más lejos, Tinder, una de las “app” líderes en este sector, cuenta con cincuenta millones de usuarios, de los cuales diez millones se muestran activos diariamente, de acuerdo con estadísticas publicadas en MuchNeeded.com.
En estos tiempos del amor digital, ¿qué pasaría si la Inteligencia Artificial pudiera asesorarnos en la complicada tarea de encontrar a nuestra media naranja? Pues esa pregunta ya tiene respuesta: bienvenidos al siglo de los cupidos robóticos.
DEL LENGUAJE CORPORAL A LA GESTICULACIÓN TEXTUAL.
¿Me quiere, no me quiere? ¿Cuántas margaritas deshojadas haciendo esa pregunta? ¿Cómo interpretar a veces las señales que nos manda aquel que es fruto de nuestro interés romántico? Muchas veces, todo sería más fácil si hubiera un diccionario destinado a los asuntos del corazón.
Pues, lo haya o no, lo que sí hay son robots o IA para ayudarnos a responder todas esas preguntas. Asistentes digitales que pueden guiar a los usuarios en su búsqueda del amor.
Es el caso de Mei, una “app” en la que la IA escanea las conversaciones que sus usuarios mantienen con sus “potenciales compañeros”, para detectar si está habiendo o no flirteo, interpretar el posible subtexto, y ofrecer una “puntuación de compatibilidad” y una valoración del 0 al 100 sobre el interés que pueda tener la persona en el usuario.
Su creador se llama Es Lee, quien explicó a Wired que la idea es ayudar a interpretar las señales: “¿Esperas para contestar, o lo haces inmediatamente? ¿Usas exclamaciones? ¿Escribes dos veces seguidas?”, cuestionó, y fue más allá: “pensé que muchas de estas cuestiones se podrían resolver con algoritmos. Me parecía la solución natural al problema”.
Con Mei, según Lee, “es casi como si se chateara teniendo en cuenta el lenguaje corporal”.
La aplicación no solo puede sustituir a la de mensajería de texto (SMS) que viene por defecto en nuestro teléfono, sino que nos permite exportar los chats de WhatsApp para que la IA los analice.
En la misma línea, Keigo es una aplicación que no solo utiliza la Inteligencia Artificial para temas de citas, sino para ayudar a los usuarios a interactuar a través de mensajes y correos en otros aspectos de su vida, por ejemplo, para responder a correos del trabajo. Sin embargo, es cierto que el uso romántico es el que más prima.
Así lo hizo saber su creador, Teemu Huttunen, a Wired: “siendo honestos, esperábamos que la gente usara ‘Keigo’ de otras maneras además de para las citas... Pero esta ha sido la más obvia”.
Ambas aplicaciones están disponibles tanto para iOS como para Android y, de hecho, Mei tiene su versión de habla hispana en fase beta. Eso sí, sepan que, en ambas, hay que pagar a estas IAs que nos asesoran.
LA CELESTINA EN EL “SMARTPHONE”.
Pero, ¿y cuándo el problema no es el descifrar si la persona que nos interesa nos corresponde sino, directamente, encontrar a esa persona ideal? Pues a esa tarea tan complicada de dar con nuestra alma gemela, también pueden ayudarnos la Inteligencia Artificial.
Algo que es posible gracias a AIMM (siglas de “Buscador de Parejas por Inteligencia Artificial” en inglés). Como su propio nombre indica, y según declaraciones de su creador, Kevin Teman en Technology Review, “es una guía”. Como si Cupido, Cyrano de Bergerac o La Celestina hubieran adoptado la forma de una IA dispuesta a aconsejarnos.
Primero, AIMM hace preguntas al usuario sobre todo tipo de temas (familia, intereses, gustos sexuales…). En base a eso, genera un “match” (un “ciber-encuentro”) con la persona adecuada.
El hombre tendrá la tranquilidad de saber que es el único hablando con esa mujer, sin competencia. La mujer sabrá que no habrá otros candidatos molestándola.
Y es que esa podría ser la tarea pendiente de AIMM: tiene un enfoque principalmente pensado para parejas heterosexuales, en las que el hombre es al que guían para los primeros pasos. Aunque, según su creador, ya están trabajando en “sugerencias de usuarios para añadir cosas que se refieren más al estilo de vida homosexual”.
Sea como sea, tras ese primer chat, AIMM asesorará a la posible pareja, dando paso a una primera llamada telefónica o concertándoles una cita.
Si esta tiene lugar, y en base a los comentarios e impresiones de los afectados, irá guiándoles para futuros encuentros. De hecho, “hay un factor de vídeo  para analizar las emociones”, explicó Teman.
Así, esta IA “te orienta sobre qué decir en la (primera) llamada”, dijo el creador.
"Tras una cita, recopila comentarios sobre la química y sobre cómo te sientes en general. Si te muestras positivo, se hace un seguimiento y se plantea un nuevo encuentro. Si no fue bien, pero te gusta la persona, te recomiendan dejar pasar un poco de tiempo y tener paciencia”.
Este tipo de robots asesores no es exclusivo de AIMM (disponible en la Apple Store y, de nuevo, con tarifas), también hay otras plataformas de citas dispuestas a probarlo.
Es el caso de Match, que, en colaboración con Google  el año pasado lanzó “Lara”, un chatbot que ofrece consejos para conquistar a nuestro interés romántico, como por ejemplo recomendarnos lugares a los que ir en una cita.
Estamos, pues, en una nueva era en la que el amor ya no tiene por qué ser solo cosa de dos… Y en la que el tercero en acción puede ser, ni más ni menos, que una Inteligencia Artficial. Y es que quizá, la próxima pregunta a una margarita sea “‘¿Mei’ quiere, o no ‘Mei’ quiere?”.

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