La respuesta la descubrieron cuando se fijaron que los infantes estallaban de alegría al ver a la maestra
Aquellos 30 niños y niñas, cuyas edades oscilan entre cuatro y cinco años, se habían quejado de que ya no podían tomar clases presenciales con su maestra, lo que despertó la curiosidad de sus padres, quienes se preguntaron por qué sus hijos tenían ese afán de ir a las aulas y no quedarse en sus casas.
La respuesta la descubrieron cuando se fijaron que los infantes estallaban de alegría al ver a la maestra conectarse durante las clases virtuales, lo que dio motivo a planificarle un reconocimiento de manera sorpresiva, el cual quedó captado por las cámaras de celulares y que se viralizó por las redes sociales de forma extraordinaria.
“Una de las razones que ellos me dieron (los padres), del porqué me reconocieron, fue que los niños llegaban a la casa desde antes de la cuarentena, mostrando ese amor que yo siempre les he ofrecido; ellos decían querían ir a la escuela sin importar que estuvieran enfermos”, asegura la maestra Ingrid Ureña durante una entrevista con Listín Diario.
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