A más de nueve meses de su incidencia en el país, casi 160 mil dominicanos cuentan con diagnóstico confirmado del COVID-19, mientras muchos más han tenido el virus sin tener un documento que lo certifique.
Aunque al inicio la fiebre, tos seca y la afección respiratoria eran las sintomatologías que caracterizaban su sospecha, con el paso del tiempo se han ido agregando otros signos y síntomas que llevan al diagnóstico o sospecha de padecer la enfermedad.
La variedad es mucha y cada paciente cuenta de manera diferente como afectó su organismo, unos con manifestaciones leves y otros con secuelas que persisten mucho más allá del virus haber salido de su organismo.
Cada paciente tiene una experiencia e historia distinta: Carmen tuvo el COVID y dice que nunca tuvo fiebre, pero sí sintió un gran cansancio y fatiga y María sospechó del virus porque tenía dolor de cabeza y migraña y dolor fuerte en el cuerpo.
José presentó malestar estomacal y diarrea; Juan tenía fiebre leve y algo de agotamiento, a Raysa se le enrojecieron los ojos y tuvo una especie de erupción en la piel y Amaury perdió el gusto y el olfato de un día para otro.
Unos han presentado dificultad respiratoria, neumonías graves y complicaciones multiorgánicas que le han llevado a permanecer largo tiempo en unidades de cuidados intensivos y ser conectados a respiradores mecánicos, y una parte de los afectados, unos 2,376 a la fecha, no pudieron salir airosos.
Esas son sólo algunas historias que se cuentan entre grupos de amigos, compañeros de trabajo y redes sociales. Muchos aún mantienen su infección en silencio por temor a discriminación y rechazo.
Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica como los síntomas más comunes de la COVID-19 a la fiebre, tos seca y cansancio. Otros síntomas menos frecuentes que pueden afectar a algunos pacientes son: pérdida del gusto o el olfato, dolores, dolor de cabeza, faringoamigdalitis, congestión nasal, ojos enrojecidos, diarrea o erupción cutánea.
Más tiempo
Hay síntomas, de acuerdo al organismo, que pueden persistir por largo tiempo, que puede ser más de 2 semanas y en algunos casos hasta meses, como son : fatiga, tos, congestión o dificultad para respirar, pérdida del gusto o el olfato, dolor de cabeza, dolores corporales, diarrea, náuseas, dolor de pecho o abdominal y confusión.
Los órganos corporales y sistemas que más se afectan por el COVID-19 son el corazón, pulmones, cerebro y sistema nervioso central, sistema musculoesquelético, y la salud mental.
Las evidencias sugieren que los factores de riesgo principales para la persistencia de los síntomas son la hipertensión arterial, la obesidad, y condiciones que alteran la salud mental.
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