Un país corroído

La crisis política de varios años que corroe a Haití tiene sus complejidades, y una marca negra en eventos extravagantes, pero con sus motivaciones.

El asesinato de Moise se produjo dos días después de haber designado el día 5 de julio al doctor Ariel Henry,  un hombre de su cercanía, como primer ministro, en reemplazo de Claude Joseph, de quien se levantaron sospechas por el crimen.  

Como sucedió con el relevo de Joseph, la constitución haitiana manda que en caso de vacancia, renuncia, destitución o incapacidad física o mental permanente del presidente, el Consejo de Ministros, presidido por el primer ministro, debe ejercer el Poder Ejecutivo hasta la elección del nuevo presidente, en un plazo no mayor a 120 días.

 Luego, Henry, tras la conmoción de su país por la muerte de Moise, declaró que no deseaba “echar aceite al fuego”, con su reclamo de primer ministro, para más crisis, en momentos en que Haití “se incendia”.  

Enfrentados con todos
Desde su juramento como presidente en 2017, Moise tuvo que enfrentar bloqueos institucionales en el parlamento por una minoría que el consideraba “violenta¨, y que se había  negado a votar el presupuesto y la ley electoral.

Y cuando el mandatario   inició reformas en sectores clave de su país, los problemas de inestabilidad política y de violencia empezaron a arder sobre el techo de su gestión.

Basta citar las reformas en sectores clave. ¨Acabé con los contratos corruptos que representaban un total de 4.500 millones de dólares, recuperé maquinaria pesada del Estado que había sido robada, inicié reformas en la importación de productos petrolíferos, electricidad y obras públicas.

También combatí la especulación de la moneda con el objetivo de aumentar los beneficios para el país. Además, hubo inversiones del Estado para aumentar la producción agrícola y disminuir las importaciones¨, afirmó Moïse en su momento.

Los problemas con el sector eléctrico
Jovenes Moises había estado insistiendo sobre un plan de golpe de Estado y asesinato en marcha, acusando siempre a “un grupo de familias vinculadas al sector eléctrico” de intentar asesinarlo.

Respecto  a quienes estaban detrás de todo esto, Moise señalaba a los Vorbe, una de las familias más poderosas y dueñas de la electricidad en el país.

Al diario El País le dijo en una ocasión que “el golpe de Estado no es un hecho puntual, sino una secuencia de acciones”, y que sus decisiones le “sientan muy mal a quienes se sienten poderosos e intocables”.

MENSAJE

RD condenó crimen
 El presidente Luis Abinader emitió unadeclracion de condena por el magnicidio del presidente haitiano, Jovenel Moïse, y su solidaridad con la primera dama, Martine Moïse,herida en el ataque.

“Este crimen atenta contra el orden democrático de Haití y de la región. Nuestras condolencias”, escribió el mandatario.

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